Qué es una clase III y por qué merece la pena tratarla con ortodoncia

¿Qué es una Clase III?

La maloclusión de clase III  o mesioclusión se caracteriza por una posición adelantada de la arcada dentaria inferior con respecto a la superior; cuando lo adecuado que los dientes superiores ocluyan por delante de los inferiores. Debido a este adelantamiento, existe una relación anómala entre los dientes incisivos, que pueden presentar mordida cruzada anterior o, en casos más ligeros, contacto borde a borde.

Tipos de Clase III

Existen gran variedad de tipos que se clasifican cuantitava y cualitativamente dando lugar a las diferentes formas y tratamientos. Todos los casos tienen en común un adelantamiento relativo de los dientes inferiores con respecto a los superiores. Deberemos distinguir entre Clases III esqueléticas, alveolodentarias y dentarias.

El concepto de clase III esquelética abarca todas las situaciones que afectan tanto a la mandíbula como al maxilar, con relación dentaria de clase III molar y mordida cruzada anterior. La desproporción en las bases óseas será el origen de este cuadro maloclusivo. La mayoría de casos de clase III pertenecen a este grupo.

La Clase III alveolodentaria es aquella que se produce cuando la dentición es el origen de la maloclusión, y no existe displasia en las bases óseas. Suele cursar con mordida cruzada anterior y clase I o III molar.

En la Clase III dentaria las bases óseas están bien relacionadas y solo existe clase III molar.

¿Es la Clase III una patología muy frecuente?

En la mayoría de los estudios epidemiológicos, la maloclusión de clase III aparece como la menos frecuente, inferior al 5%, de la población general. La prevalencia varía enormemente en las diferentes razas, cuya  mayor cifra se alcanza en la población asiática (con valores entre el 15-23% de los casos de ortodoncia) y disminuye en Americanos, Europeos y Africanos.

En España, según un estudio realizado, existe un 5,6% de clases III. Esta cifra se eleva hasta un 10,2% (con una variabilidad entre el 4 y el 17%) según un estudio realizado por Bravo y colaboradores tras una exploración de 1000 niños españoles.

¿Por qué merece la pena tratar a este tipo de pacientes?

En primer lugar, situaremos la preocupación estética. La disminución que padecen en su estética facial provoca consecuencias psicológicas negativas en la vida social de estos individuos. En un estudio realizado en universitarios españoles, se concluye que existe una relación directamente proporcional entre la estética de la sonrisa percibida y la confianza en uno mismo desde el punto de vista psicológico. Por otra parte, existen razones oclusales y funcionales para llevar a cabo el tratamiento, justificándolo con la correspondiente mejora en el engranaje dentario y la posible aparición con el paso del tiempo de patologías en la articulación temporomandibular. El tipo de alteraciones que se causarían son la falta de guía anterior, cuya consecuencia serán traumatismos oclusales y desórdenes en la articulación temporomandibular por sobrecargas y fuerzas colaterales en músculos y ligamentos.

En definitiva, existen suficientes evidencias científicas para afirmar que es necesario y de suma importancia el tratamiento de este tipo de pacientes.  En determinados casos será suficiente con llevar a cabo un enmascaramiento ortodóncico (mediante la movilización ortodóncica de los dientes corrigiendo la oclusión dental aunque las bases óseas sigan en relación anómala) o, en casos donde la anomalía sea más severa, será necesario un tratamiento combinado de cirugía ortognática y ortodoncia. Ambas opciones terapéuticas obtienen resultados con éxito, estables en el tiempo y mejoran la estética facial de los pacientes.

En cualquier caso, independientemente del tipo de tratamiento realizado (que estará muy influenciado por la edad y la gravedad de la anomalía), los resultados obtenidos mejoran la calidad de vida y de relación con los demás al actuar sobre la estética facial y, por otra parte, la capacidad de masticación y deglución gracias al óptimo engranaje oclusal conseguido.

 

Imagen utilizada: Dolphin, AsisCCMaxilo.com, CalderónPolango Javier