Cepillarse los dientes es una de las cosas más importantes en nuestra higiene del día a día. Con ello conseguimos que las fastidiosas caries no aparezcan, que nuestra sonrisa luzca radiante y que tengamos un aliento de lo más fresco, por lo que nos da una sensación de confianza extra para afrontar nuestro día a día.
Pero muchas veces, sobre todo por la noche, factores como el sueño o el cansancio de todo el día recae sobre nosotros y hace que la pereza de lavarnos los dientes nos haga creer que no es importante y que ya lo haremos la mañana siguiente.
Pero, ¿realmente conocemos las consecuencias de no cepillarnos los dientes por la noche?
Al dormir, el movimiento de la lengua, de las mejillas y de los labios es menor, por consecuencia, salivamos menos y tenemos menos protección antibacteriana. Esto quiere decir que somos mucho más vulnerables a los agentes causantes de las caries y enfermedades de las encías.
Al cepillarnos los dientes por la noche, evitamos que los alimentos estén en contacto con nuestros dientes, que, de no ser así, provocaríamos en nuestra boca un aumento de las enfermedades dentales.
Los seres humanos tenemos muchos tipos de bacterias en la boca y no todas son “buenas” y ayudan al mantenimiento de la flora. Hay muchas de ellas que predisponen a enfermedades bucales como pueden ser la gingivitis o la periodontitis.
Cómo prevenir enfermedades bucales
Una de las bacterias causantes de la caries es el Streptoccocus Muttans, que se asocia a su inicio y desarrollo y obtiene su energía del alimento que ingerimos.
Para detener bacterias como la anterior están nuestros grandes defensores: la saliva, la lengua y el cepillado.
Las bacterias producen ácido durante todo el día, sobre todo cuando estamos comiendo, por lo que para deshacernos de la película que crean sobre nuestro esmalte hay que cepillarse al menos dos veces al día. Aunque si se puede cepillar tres veces mejor, así podremos eliminar todos los subproductos ácidos que pueden causar la caries.
Incluso después del cepillado, la cantidad de bacterias en nuestra boca es altísima y lo que hay que conseguir es mantenerlas a raya para que no hay un crecimiento bacteriano y no convertirse en patológico.
Además, a nadie le gusta el mal olor bucal y esto puede evitarse con el cepillado nocturno, ya que la persistencia de alimentos en proceso de descomposición y la menor secreción salival por la noche ayuda al desarrollo de halitosis o mal aliento.
Así que si quiere evitar problemas bucales, desde los más clásicos hasta los más graves, lo mejor es que siga nuestro consejo de cepillarse los dientes al menos dos veces al día y, si es posible, antes de que pasen dos o tres horas porque se hace un aporte de fluoruro con la pasta de dientes y actúa durante más tiempo para fortalecer la dentadura y asegurarnos una higiene bucal perfecta.